Que la industria del Sombrero ha tenido épocas de verdadero esplendor, no es ninguna novedad. En el blog hemos hablado y puesto ejemplos en muchas ocasiones.
Eran años en los que los fabricantes de Sombreros buscaban la innovación del complemento, la excelencia en la calidad del producto o simplemente una apuesta por el diseño. Entre tanta competencia había que diferenciarse.
Por los años 40 en los Estados Unidos, una empresa lanzaba un nuevo sistema para lograr una mejor ventilación y transpiración en el Sombrero.
Mac Lachlan Hats distribuía un novedoso sistema de badana, denominado «Air-Vac»que permitía el paso del aire, con lo que se lograba un uso mucho más cómodo del Sombrero.
Como todo buen invento, estaba diseñado para satisfacer una necesidad, la de hacer más agradable el uso del sombrero.
En estos años el sombrero seguía siendo un complemento indispensable, y era utilizado mayoritariamente y en cualquier circunstancia. Tanto en invierno como en verano, lo que hacía que se pasase muchas horas en la cabeza de su propietario, llegando a provocar cierta molestia por el calor o simplemente por el contacto continuado con la piel.
Hoy en día su uso ya no es tan prolongado, y por suerte los materiales y los procesos de diseño y fabricación han evolucionado, haciendo del sombrero una prenda realmente cómoda.
Pero el concepto en sí de su uso y mantenimiento también ha cambiado un poco. Ahora cuando un sombrero está muy usado, optamos por la sustitución, y no por la reparación o el arreglo. Un aspecto este último que era muy habitual en la época. Un buen planchado, un cambio de badana o de cinta, era la forma de estrenar sombrero cada año, hasta que el fieltro se deteriorase completamente. En esa renovación era donde podíamos solicitar a nuestro sombrerero que nos incorporara el «Air-Vac» de Mac Lachlan.
El anuncio que hoy les mostramos aparece en la revista «The Saturday Evening Post» en el número de diciembre de 1947. Seguramente un anuncio de un coste elevado, aun tratándose de una industria, la del sombrero, muy importante.
Visto: «The Saturday Evening Post – 1947»
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