La de ayer fue una noche muy especial para los amantes del cine y del glamour. La Gran Gala de los Premios Óscar, los galardones más importantes que el mundo del cine otorga a sus profesionales.
Pero esa noche no todo es cine: cientos de bloger@s, estilistas, periodistas, diseñadores de moda, maquilladores, etc., se enfrentan a la pantalla lápiz en mano para ver la entrada de las celebrities desfilando por la alfombra roja.
Personalmente no es un acontecimiento que me emocione, pero tengo que reconocer que tiene tirón. Seguramente será el tema de debate en blogs, redes sociales, revistas y medios en general, donde se realizará una perfecta disección de todos y cada uno de los magníficos modelos que pudimos ver la pasada noche.
Pero o yo no lo recuerdo bien, o casi nunca se ven sombreros en el desfile de la gala. Tocados sí, seguro, ¿pero sombreros?, no. Lo cual me lleva a preguntarme la razón de esta ausencia.
¿No está de moda? El sombrero lleva años como complemento indispensable para la moda.
¿No es apropiado al ser un acto en un lugar cerrado y a techo? Puede ser, pero en muchas ocasiones la estética pasa por encima de la necesidad y la oportunidad.
¿Será por tratarse de un acto de gala? En las grandes celebraciones, nadie acude sin estar cubierto.
No le encuentro razón; quizá sea simplemente por no tener un sitio donde colgar el sombrero. Estoy seguro de que todos los que nos dedicamos a este noble complemento agradeceríamos de todo corazón que el mundo del cine se acompañase más de sombreros, que tan grandes momentos les ha dado en sus películas. Y seguramente también una gran promoción para nosotros, que no todo va a ser cine…
La Sombrereria 